La maldición de Alba

Les traigo la primer historia de esta nueva sección Lápiz soñador creada para mi amiga y sus  obras. Por favor, por respeto a mi amiga y a mi blog, eviten robarse las historias :(

Era la segunda vez que Alba asistía a un funeral en un año y la tercera vez que asistía a uno de su familia.

El primero fue el de sus padres biológicos cuando tenia tan solo 11 años de edad, luego de que su nuevo hermanito llegara al mundo. Murieron en un trágico y extraño accidente de auto, Alba fue la única sobreviviente.

Pasó cinco años en un orfanato esperando a que una familia la adoptara. Fue adoptada por una joven pareja que murió en un trágico accidente de auto tres meses después de la adopción de su adopción. La tragedia ocurrió dúrate un viaje al orfanato donde habían adoptado a Alba su primera hija, el deseo de la pareja era tener una gran familia. Deseo que no pudieron cumplir.

Alba regreso al orfanato donde pasó dos meses más a la espera de una nueva familia que la adoptara. Antes de cumplir el tercer mes en aquel lugar llego una nueva familia con deseos de formar una familia y Alba fue la elegida.

…

 

Los rayos del sol se colaron por la ventana impidiéndole a Alba seguir durmiendo. Se dio media vuelta aun acostada y tomó una almohada para ponerla sobre su cabeza en un intento por bloquear los rayos del sol directo en su rostro

- Alba, tu desayuno está listo – la voz de una mujer la hizo reaccionar y ponerse de pie con algo de pereza, dejando escapar un bostezo en el proceso.

Como si sus pies fueran hechos de plomo, caminó hasta el baño donde arregló un poco su desastrosa melena risada y su rostro con restos de maquillaje de la noche anterior.

Su nueva familia era perfecta, y les gustaba dar una buena imagen por lo que, aun así, estuviera en casa no podía permitirse lucir desarreglada, especialmente desde que su padre se había ido. La partida del hombre había dejado a la pequeña familia algo vulnerable y siendo el centro de atención.

- Alba – un susurro atravesó el silencio de la habitación causándole escalofríos a Alba.

Asustada, la joven salió del cuarto de baño y posteriormente de su habitación olvidando que no había cambiado su pijama. Hizo todo el recorrido desde su habitación hasta la cocina donde a su madre le gustaba pasar las mañanas, creando nuevas recetas para los menús de su restaurante, pero al entrar al pequeño lugar la mujer no estaba ahí y tampoco el desayuno por el que la había hecho bajar.

Extrañada por su ausencia y también la falta de sus riquísimos platillos caminó por toda la casa en busca de ella dejando su dormitorio para el último.

- ¿Mamá? –  preguntó casi de forma inaudible. La puerta del dormitorio de la mujer se encontraba abierta, algo muy extraño pues la mujer valoraba mucho su privacidad y su habitación era como un santuario al que nadie tenía permitido entrar - ¿mamá? – repitió con preocupación.

- Alba

De nuevo aquel susurro. Con un suspiro, Alba ingresó al dormitorio encontrándose con una terrible escena y un desagradable aroma que invadía todo el lugar. La joven se adentró mas en el lugar buscando la fuente del desagradable aroma topándose con una enorme mancha de un intenso color rojo en las sabanas de la cama junto al cuerpo inerte de su madre.

- Tú la mataste – la voz que había estado susurrando su nombre anteriormente se hizo presente de nuevo, culpándola de la escena que contemplaba.

- Yo no hice nada – susurró con voz temblorosa.

- Tu madre ya no está aquí, por tu culpa – se burló.

- ¡Cállate! – gritó al mismo tiempo que cubría sus oídos con las manos y se dejaba caer de rodillas en el suelo - Mi madre está bien, mi madre está bien, yo no la maté… – repetía una y otra vez mientras se balanceaba de adelante hacia atrás.  

Los recuerdos la asaltaron, trayendo un montón de imágenes borrosas y escenas en las que apenas podía distinguir su propia voz.

Se puso de pie y comenzó a vagar por la casa hasta que todo se volvió negro, dejándola con un vago recuerdo de lo que sucedió minutos antes de caer presa del sueño.

Lo último que recuerdo fue el resplandecer de las llamas consumiendo todo a su paso, el humo entrando por mis fosas nasales y llenando mis pulmones, después todo se volvió negro.

…

De pie junto al ataúd de su madre aun podía sentir el humo colándose por sus fosas nasales, el ardor que recorría su desde su nariz hasta sus pulmones, dejándola sin oxígeno, dando grandes bocanadas en un intento por encontrar algo de aire puro para sobrevivir.

- Descuida pequeña, ellos no eran los indicados - otra vez aquella horrible voz asechándola.

Con lagrimas en los ojos la joven dirigió la mirada a la tumba de su padre que se encontraba justo a unos cuantos centímetros de donde descansaría su madre.

 

De pie frente a Alba a una distancia prudente para darle privacidad, se encontraban un hombre y una mujer, los encargados de llevar a Alba de regreso al orfanato cuando terminara el funeral.

- Pobre chica – dijo la mujer.

- ¿La conoces? – preguntó el hombre. Su nombre era Erick y llevaba poco tiempo trabajando en el orfanato.

- Su nombre es Alba – respondió Sofía – llego con nosotros cuando tenía once años, esta es la segunda vez que su familia adoptiva muere a causa de un terrible accidente, la primer familia que la adoptó murió en un accidente de auto hace como medio año, no estoy segura de cuánto tiempo ha pasado, los encontraron junto a la carretera de camino al orfanato, iban a adoptar al nuevo miembro de la familia, estuvo como tres meses con nosotros después del accidente.

- ¿Qué le pasó a su nueva familia? – Erick pregunto con temor.

- La mujer que está siendo sepultada, murió en su casa, al parecer de un golpe en la cabeza – explicó Sofia.

- ¿No tenía padre?

- Murió hace dos semanas en un accidente de auto parecido al de su primera familia adoptiva – continúo relatando la trágica vida de la joven – sabes, estaban planeando agrandar la familia, habíamos estado hablando sobre otros niños, eran los que iban a adoptar a los trillizos, estaban tan entusiasmados.

Después de eso, ambos se hundieron en un silencio bastante tenso.

- Deberías adoptarla – sugirió Sofia, a lo que Erick sonrió.

- Justamente estaba pensando en eso, estoy seguro que a Becca le encantará la idea, tal vez también en un tiempo más, podamos llevar con nosotros a los trillizos

- Seria maravilloso.

El hombre y la mujer suspiraron y con una sonrisa plasmada en sus rostros se alejaron un poco más para darle más privacidad a Alba

- Tendré nueva familia – murmuró Alba que había estado atenta a todo lo que aquella pareja decía ignorantes de que ella podía escucharlos.

Contempló con mirada perdida el ataúd de su madre desaparecer en la tierra.

- Tal vez, si hacen las cosas bien, esta vez no tengamos necesidad de intervenir – aquel murmullo la hizo estremecerse como cada vez que lo escuchaba.

- Si esta es mi maldición – susurró ignorando a la voz que le decía lo que ocurriría si los volvían a decepcionar – espero y acabe pronto.

El viento comenzó a soplar con intensidad y el cielo se cubrió de nubes negras anunciando una tormenta.

Su vida volvería a comenzar, solo esperaba poder arreglar sus errores, acabar con su maldición y no terminar empeorándolo todo como había sucedido hasta el momento, no quería ser la responsable de mas muertes. 

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Me costó mucho que mi amiga eligiera uno de sus relatos y después que me dejara publicarlo, porque lo leyó mil veces y lo corrigió otras mil veces 

Espero lo disfruten 

Se aceptan halagos y criticas constructivas

En fin, que tengan buena noche o dia, depende de la hora a la que esten leyendo esto

Nos leemos!!!